domingo, 9 de octubre de 2016

La cuerda dorada






Tal vez han escuchado acerca de los mensajes cifrados y las enseñanzas codificadas en el interior de cada una de las obras de Shakespeare, pero ¿sabían que los dictados de El Morya, desde el principio al fin son también mensajes codificados? Es cierto.
Las cadencias de la mente de El Morya que se transmiten a través de cada palabra en sus dictados forman una cuerda, ¡como un sendero que conduce directamente a la cámara secreta de su corazón!
El Morya ha hablado acerca del hecho de que todas sus palabras son llaves que se abrirán a través del «calor del fervor divino».

El Morya:
" Meditad acerca de las cadencias de mi mente, pues son una cuerda que levantaréis al comienzo de un túnel. Y seguiréis la cuerda, y más allá de sus cadencias y los pasos a través del túnel llegaréis a la cámara secreta de mi corazón. Aferraos a la cuerda. No os soltéis. Mis oraciones forman este fuerte cáñamo "

Por lo tanto, amados, a través de toda la oscuridad que paséis, descubriréis que las palabras de Morya desde el principio al fin de nuestros dictados, son todos mensajes cifrados, son todas llaves, son todas semillas que se abrirán mediante el calor del fervor divino».
Escuchar todos los dictados de El Morya, como algunos chelas sintieron el impulso de hacer, implica una inversión de tiempo. Pero los que lo hicieron informan que bien vale la pena el esfuerzo.


Relato de una estudiante:
«Querida Madre ( a Elizabeth Clare Prophet )
«Quisiera darle testimonio de una serie de acontecimientos que comenzaron hace más de doce años que me demostraron el amor y el interés de El Morya por mí, y que él está ciertamente aquí, cuidándonos personalmente a cada uno de nosotros.
«Comenzó en 1983, cuando tuve una experiencia en el retiro interno con El Morya. Cuando me desperté, recordé que había estado sentado frente a El Morya en una gruesa alfombra lujosa con otros chelas que se sentaron cerca. Desde su mano a la mía se extendía una hermosa cuerda dorada. Él me estaba enseñando, me decía que en cualquier momento en que lo necesitara, podía tirar de esta cuerda dorada y que él estaría allí inmediatamente para ayudarme. Entonces procedí a tirar de la cuerda. El Morya me reprendió muy amorosamente y me dijo que en ese preciso momento yo no necesitaba de su ayuda, pero que quería que supiera simplemente cuán cerca y accesible estaba para mí.
«Me desperté sintiendo un profundo amor por El Morya y su presencia en mi vida. Sin embargo, en los meses posteriores a esta experiencia, batallé durante un período difícil de mi vida. Gradualmente me deslicé hacia estados de egoísmo y egocentrismo. Necesitaba realinearme con el corazón de El Morya. Él lo hizo posible en un dictado que dio el 24 de junio de 1984, en el Corazón del Retiro Interno.
«Durante el servicio de decretos, había estado sentada cerca de la parte posterior de la carpa, Justo antes del dictado, el acomodador me preguntó si me quería sentar adelante. Asentí y me condujo al primer asiento de la primera fila.
«Exactamente antes del dictado, la congregación estaba cantando una canción a El Morya y yo recordé el sueño que tuve de la cuerda y me visualicé tirando fuerte de una cuerda que se extendía firme entre mí misma y El Morya. A los pocos minutos de comenzar el dictado él dijo: “Hay una sensación de flojedad en la cuerda, como si al estar un poco suelta, no lastimara”. Me sacudió escuchar esas palabras, especialmente si tenía en cuenta mi visualización de una cuerda tirante que se extendía desde mi mano hacia la suya.
«Todo el dictado causó un profundo impacto en mí porque sentí como que él estaba leyendo un libro abierto. No se podía ocultar ningún pensamiento o sentimiento "
Meditad acerca de las cadencias de mi mente, pues son una cuerda que levantaréis al comienzo de un túnel. Y seguiréis la cuerda, y más allá de sus cadencias y los pasos a través del túnel, llegaréis a la cámara secreta de mi corazón. Aferraos a la cuerda. No os soltéis. Mis oraciones forman este fuerte cáñamo.
«Estaba tan feliz al escuchar esas palabras pues tenían un significado especial y personal para mí y estaban muy llenas de amor y de ánimo.
«Estoy sumamente agradecida por la presencia de El Morya en nuestra comunidad y en nuestras vidas. Sea lo que tenga que venir, por la gracia de Dios, planeo aferrarme a esa cuerda que conduce a su corazón».


El Morya :
¡Avancemos juntos!” ¡Vayamos de la mano! Coloco mi Presencia Electrónica en cada uno de vosotros como vuestro padre. Yo soy exclusiva y únicamente vuestro. Es una relación individual. Podéis tener todo de mí, cada uno de vosotros. Pues YO SOY ese Hijo cuyo punto de origen es el Gran Sol Central, y por lo tanto, la Luz que pasa a través de mí hacia vosotros es la réplica una y otra y otra vez del amado Alfa. Por tanto, amados, conoced esta relación y aceptadla como apropiada. 
Amado El Morya como el Patriarca Abraham.